La confianza lograda por el programa Crisálida, a través de las y los facilitadores, con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes - NNAJ - a lo largo del desarrollo de los círculos, les ha permitido detectar comportamientos de los y las estudiantes que han puesto en alerta al equipo de agentes psicosociales del programa, incluso en algunos casos los mismos estudiantes se han acercado a sus facilitadores para expresarles lo que les aqueja o preocupa.
Cuando esto sucede, la Secretaría de las Mujeres y la Equidad de Género en convenio con Comfamiliar Atlántico, a través de los agentes psicosociales del programa Crisálida intervienen los casos detectados; brindando asesoría psicológica, jurídica, y seguimiento a los NNAJ y su familia. Es así, que en el desarrollo de los círculos Crisálida, se han atendido aproximadamente 37 casos en los diferentes municipios del Atlántico. Entre los casos identificados y que están siendo atendidos, se encuentran abuso y acoso sexual, violencia intrafamiliar, depresión, consumo y venta de alucinógenos, agresividad y trastorno de conducta, embarazos, matoneo, cutting y baja autoestima.
Por lo anterior, el Programa Crisálida hace un llamado a las familias para que estén alerta a los comportamientos diferentes que pueden tener sus hijos e hijas; algo inusual puede ser claramente una señal de que algo no está funcionando bien.
Identifica las señales a tiempo
- A continuación le comentamos los principales signos en los niños, niñas, adolescentes y jovenes, y que debe revisar, dialogar, y si se requiere busque ayuda profesional.
- Demuestra cambios repentinos en el comportamiento o calificaciones de la escuela.
- Tiene problemas de aprendizaje (dificultad concentrándose) que no se pueden atribuir específicamente a causas físicas o psicológicas.
- Siempre esta vigilante, como si se estuviera preparando, por si algo malo va a ocurrir.
- Tiende a quejarse mucho, ser exigente o aislado.
- Viene a la escuela o/otras actividades temprano, se queda tarde o no quiere regresar a la casa.
- Le cuente que tiene pesadillas o empieza a mojar la cama.
- Experimenta un repentino cambio de apetito. ( deja de comer o come exageradamente)
- Demuestra conocimiento o comportamiento sexual que es inusual y sofisticado.
- Se va de la casa.
- Actúa inapropiadamente como un adulto (por ejemplo aconsejando a otros niños,) o inapropiadamente infantil (por ejemplo, meciéndose o pegando su cabeza contra de algo).
- Si actúa inusualmente retraído y tímido.
- Tiene rabietas y demuestra agresividad sin ninguna razón aparente.
- Si presenta pesadillas regulares, y tiene miedo de dormir solo.
- Demuestra miedo o señales de malestar cuando está alrededor de ciertas personas o ciertos lugares.
- Interacción violenta y agresiva
- Desmotivación académica y mal desempeño escolar. Se le dificulta concentrarse y poner atención. O por el contrario, algunos niños para huir de los recuerdos o pensamientos acerca del abuso, se sumergen en largas jornadas de estudio.
- Autoagresión, se cortan o se ponen en situaciones de riesgo ( consumo de alcohol, drogas, etc)